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EL VOLUNTARIADO UNIVERSITARIO HABANERO EN LAS CRÓNICAS DE LA COVID-19
Última alteração: 2025-04-10
Resumo
El primer caso de coronavirus en Cuba se detectó el 11 de marzo de 2020. En medio de una situación económica muy compleja en la Isla, el voluntariado fue uno de los elementos esenciales en el enfrentamiento a la COVID-19. Los estudiantes de la Universidad de La Habana fueron los primeros que apoyaron las más urgentes y diversas tareas de los improvisados centros de aislamiento y conocieron tempranamente los riegos de la llamada zona roja. A partir de mayo de 2020, esta experiencia fue publicada en un conjunto de crónicas firmadas por el entonces estudiante de periodismo Mario Ernesto Almeida en la sección Bitácora del alma de la revista universitaria Alma Mater. De esta manera, comenzaron a aparecer en las redes sociales las historias de voluntarios, pacientes y personal médico del centro de aislamiento para contactos y sospechosos de COVID-19 ubicado en el reparto Bahía. En julio, en el espacio Miradas de la propia revista, se publicaron las crónicas de Rita Karo, otra estudiante de periodismo, voluntaria en el centro de aislamiento del Hospital Salvador Allende. Entre uno y otro centro de aislamiento distan apenas 12 kilómetros. En septiembre de 2022, se estrenó en el país la teleserie Valientes, con 14 capítulos de 27 minutos cada uno. Este dramatizado se inspiró en Bitácora del alma y tuvo la asesoría de epidemiólogos y otros expertos médicos. Finalmente, ese mismo año, ambas experiencias periodísticas se integraron en el libro titulado Crónicas de la Covid-19 en Cuba, coeditado por Ocean Sur y la Casa Editora Abril. Las crónicas publicadas conforman el corpus de 17,975 palabras, de ellas 4,547 unitérminos, que fueron analizadas en este estudio. El criterio metodológico adoptado fue el Análisis de Redes Sociales (ARS), en la modalidad estructural, el cual permite comprender básicamente las estructuras que se articulan en el corpus. El ARS tiene una dimensión cualitativa (basada en la observación) y otra cuantitativa (basada en indicadores) que sistematiza y relaciona los datos y que modela a través de la teoría de grafos. De esta forma, se puede analizar la estructura de una red desde la distancia, el tamaño, la densidad u otros elementos que caracterizan las relaciones entre los nodos. En el diseño del instrumento de colecta de datos se tuvo en cuenta que las preguntas condujeran a la aparición de una red específica para las crónicas de cada autor, por ejemplo, qué instituciones o entidades se mencionan; cuáles son las categorías funcionales de los personajes o en qué ambientes se desarrollan las historias. A partir de los datos obtenidos se construyeron los gráficos con ayuda de Ucinet 6, probablemente el software más utilizadopara el ARS. Los resultados de los grafos permiten realizar lecturas reveladoras sobre cómo la pandemiaactuó en los imaginarios de la ciudad, tanto en su centro como en su periferia, y en la de los autores. Son muy interesantes, desde la perspectiva de género, la caracterización diferenciadade los roles, el tratamiento de los espacios y del tiempo, por ejemplo. Este estudio, con las similitudes y diferencias que se demuestran, además de reverenciar a los voluntarios universitarios, permite reconocer patrones estilísticos en la comunicación de la ciencia, en general, y en el ejercicio periodístico, en particular. Las crónicas de la pandemia forman parte de la memoria de un período en el que todo lo conocido se transformó y en el que, una vez más, la solidaridad afloró en circunstancias límites.